En las calles, las señales de tráfico son esenciales para orientar a los conductores, ciclistas y peatones. Así mismo, en el mar, las ayudas a la navegación, también conocidas como señalización marítima, son vitales para facilitar y garantizar una navegación segura y sostenible a todas las embarcaciones que transitan por aguas colombianas.
Actualmente el país cuenta con 434 ayudas a la navegación compuestas por boyas, faros, balizas y enfilaciones, que cubren el 98.32% de las exigencias del territorio nacional; una responsabilidad que le pertenece a la Dirección General Marítima como responsable de su instalación, mantenimiento y modernización para garantizar su pleno funcionamiento.
De acuerdo con el Teniente de Navío Saúl Esteban Vallejo Quintero, responsable del Área de Señalización Marítima de Dimar, la Entidad cuenta con un programa de planeación y gestión enfocado en tres ejes principales: reposición, con el que se busca la actualización de las ayudas existentes; renovación, que identifica las estructuras que han sufrido deterioro o fatiga de material; y ampliación, que extiende su disponibilidad a nuevos puntos de la geografía nacional; por lo que se estima, al año 2030, fortalecer al país en esta materia en cumplimiento de los estándares de la Asociación Internacional de Autoridades de Señalización Marítima y Ayudas a la Navegación (IALA).
“Esto se relaciona con el tratado de libre comercio firmado por Colombia hace unos años, con el que se busca desarrollar el comercio marítimo del país y promover su crecimiento económico. Para ello es importante tener un estándar de seguridad en los canales, faros oceanográficos y de orilla, que permita la entrada y salida segura de los buques de bandera extranjera. Además, es esencial tener una conciencia marítima para incentivar los intereses marítimos de la nación y aprovechar las oportunidades que ofrece el mar”, explica el Teniente Vallejo.
Dimar procede conforme a lo señalado por la Organización Marítima Internacional, OMI, que, a través de instrumentos internacionales como el Convenio de Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS por su sigla en inglés), establece las normas para el tránsito de embarcaciones en los países que tienen costa y jurisdicción sobre sus aguas territoriales, los cuales deben garantizar la seguridad en la navegación a través de infraestructura adecuada, como las ayudas a la navegación.
“La Señalización Marítima es esencial para el desarrollo económico de un país, ya que permite que los buques ingresen de manera segura, en esa medida se protege la vida de los tripulantes y pasajeros de las diferentes embarcaciones y además, se evita daños a la biodiversidad. Para lograr esto, es necesario instalarlas con precisión, experticia y rigor técnico. Sin una señalización adecuada, el comercio internacional se vería afectado y la economía del país se detendría, ya que la mayoría de los productos se transportan por el mar”, enfatiza Willie May Coneo, profesional de ayudas a la navegación de Dimar.
A diferencia de las señales de tránsito terrestres, estas ayudas en el mar tienen unas dimensiones que requieren una logística especial para su posicionamiento, las boyas pueden medir sobre el nivel del mar entre los 2.5 a los 2.8 metros de diámetro y tener una altura de 3 a 6 metros; sobre el nivel del mar manejan un diámetro de 2.5 metros y una altura de 3 metros. En cuanto a los faros, las medidas oscilan entre los 12 y 40 metros de alto.
La próxima vez que usted vea un buque internacional transitar en nuestros océanos, recuerde que este ejercicio es posible gracias al sistema de señalización marítima, una función por la que trabaja diariamente la Dirección General Marítima y mediante la cual cumple uno de sus principales propósitos, proteger la vida humana en el mar.
